Tal vez al leer el título del artículo pensaste en que el día de hoy hablaremos de los hábitos y cómo estos son generados. Esto no es así, pues la habituación resulta ser un fenómeno completamente diferente, por lo que no hay que confundirlo con la definición común de lo que es un hábito:
La habituación (también llamado sensibilización) es un tipo de aprendizaje de los 13 totales que existen. Correctamente se le suele llamar a la habituación “Aprendizaje asociativo” por sus características, las cuales permiten que seres vivos se adapten a su entorno de un momento para otro y, conforme pasa el tiempo, se va acentuando aún más una comodidad en el mismo.
Concretamente, la habituación es conocida como la forma más primitiva de aprendizaje en los seres vivos, y es definida como el proceso donde dejamos de responder con estímulos a las situaciones que la mente no considera importantes; Esto, es un fenómeno al que todo el tiempo estamos expuestos y es una de las claves por la que los seres humanos han prevalecido ante otras especies. Pongamos como ejemplo de habituación a las personas que viven cerca de zonas ruidosas (como aeropuertos, estaciones de tren o autobús, etc.…); si se le pregunta a un habitante asentado en los alrededores sobre los molestos sonidos y fuertes ruidos, este responderá con total seguridad que “Ya se acostumbró con el tiempo” o bien mencionará que “No los escucha de tanto escucharlos”. Esto da a entender que el proceso de habituación ha culminado.
Otros ejemplo común son los fuertes olores (agradables o desagradables) que podemos percibir; Personas que se ponen todos los días el mismo perfume, llega un momento en donde no perciben el olor de este, por lo que se preguntan si aún la fragancia conserva su olor. Ciertamente el aroma del perfume sigue siendo el mismo, con la misma intensidad, pero la habituación del sujeto hizo que deje de responder al estímulo olfativo de la fragancia.
¿Cómo nos ayuda a sobrevivir?
Pongámonos en la situación de un conductor en una carretera; Mientras el copiloto puede presenciar con todo lujo de detalle los anuncios, detalles del camino, lugares y otros automóviles, el conductor estará completamente enfocado en conducir cuidando de su vida y evitando un accidente automovilístico y por tanto, no estará al pendiente de los objetos, lugares e incluso personas que los rodean. La habituación de nueva cuenta entró en juego en la anterior situación, pues automáticamente el conducto dejó de prestar atención en los estímulos no importantes en el momento.
De hecho, muchas veces el proceso de habituación es llamado “Estar distraído”. Supongamos que, en el ejemplo anterior, el copiloto le habla al conductor, no obstante, este se encuentra concentrado en el camino y su destino, y sin intención ignora las palabras de su copiloto. Este podrá pensar “Ha de estar pensando en algo” o “Es muy distraído”. Simplemente, (y aunque suene mal), el estímulo de responder a las palabras que le dicen no es tan importante como el mantener sus ojos en la carretera.
Ahora seguro que ves el “Ser distraído” de otra manera. ¡Cuéntanos!