Trastorno obsesivo compulsivo
Este trastorno se caracteriza por pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos que son muy angustiosos y alteran la vida diaria del sujeto.
Una obsesión hace referencia a una idea o pensamiento repetitivo que suele ser inquietante, desagradable, no deseado, que aparece muchas veces y de forma incontrolable en la mente del niño, lo cual causa temor persistente y un nivel alto de ansiedad.
Las compulsiones se refieren a comportamientos ritualistas estereotipados, estos se llevan a cabo durante mucho más tiempo de lo habitual, de forma repetitiva e ininterrumpida, de esta manera el niño que padece trastorno obsesivo compulsivo suele reducir la ansiedad que le genera las obsesiones.
Para la gran mayoría, estos comportamientos no tienen ningún sentido, pero los niños que padecen de TOC no pueden evitar realizarlos, lo cual provoca gran ansiedad, angustia y sufrimiento.
Los niños perciben estas compulsiones como innecesarias y ridículas, incluso como “locuras” de las cuales no pueden hablar, al igual que las obsesiones, los niños suelen intentar ocultar estas conductas o justificarlas, por lo general suelen razonar de tal manera que las minimizan, por esta razón es difícil diagnosticar esta patología cuando recién aparece.
Este trastorno, se puede presentar tanto en la infancia como en la adolescencia, es más frecuente en varones, este se encuentra relacionado con la herencia genética, también puede ser asociada a enfermedades mentales o incluso con enfermedades médicas siendo el caso de la infección por estreptococo.
Durante la infancia es más frecuente en varones, a lo largo de la vida adulta esto se Iguala, se ha comprobado que se logra una eliminación completa del TOC presente en la infancia, entre un 10 y 50% al llegar a la adolescencia.
La probabilidad de presentar trastorno obsesivo compulsivo, aumenta si existen familiares que lo hayan tenido, así como también un pequeño grupo niños presenta TOC de comienzo agudo, luego de haber presentado una infección por estreptococo.
Se considera al TOC, diferente a otros trastornos generados por la ansiedad, si bien este síntoma es presentado por las personas que lo padecen, el TOC se refiere a una ansiedad deriva de la existencia de pensamientos intrusivos (obsesivos) y de impulsos (compulsiones).
Diversos estudios, indican que los trastornos neurobiológicos, se relacionan con el trastorno obsesivo compulsivo, por ejemplo una disfunción en los ganglios basales frontales o una disfunción de los sistemas de neurotransmisores, principalmente los serotoninergicos.
La comunidad científica, acepta en la actualidad que el TOC, no aparece principalmente por factores psicológicos, sino más bien, estos factores se relacionan con las predisposiciones biológicas, en combinación con los aspectos psicológicos de la crianza, cómo lo puede ser algún evento traumático, el cual desencadena este trastorno y de la misma manera genera que se mantenga.
Los síntomas que genera el trastorno obsesivo compulsivo, suelen interferir en la vida diaria del niño, cambiando su comportamiento, aislandolo de sus amigos y disminuyendo su rendimiento escolar, estás obsesiones y compulsiones, suelen percibirse como exageradas, extrañas, sin embargo no se pueden evitar.
Existe una diferencia entre los rituales obsesivos compulsivos y los que se consideran evolutivos, es decir parte del desarrollo humano, o normales, los rituales se refiere a una serie de conductas realizadas con un fin.
Para el obsesivo compulsivo, los rituales generan ansiedad, si durante la práctica de este ritual se ve interrumpido, se genera irritabilidad y agresión, estos interfieren con la vida cotidiana y la única finalidad de realizar estos rituales, es combatir los temores que generan, a la vista de otras personas, estos rituales por lo general son impresionantes o perturbadores, es decir, en ocasiones suelen ser algo extraños. Por ejemplo, la necesidad de lavarse demasiado las manos, o lavarselas una gran cantidad de veces.
Los rituales que se consideran evolutivos suelen ser lúdicos y placenteros, la interrupción de este no suele generar molestia, en la vida cotidiana no interfieren de manera significativa, la finalidad de realizar esto, puede ser de manera lúdica o práctica, ante la vista de otros, esos ritos no suelen tener una apariencia alarmante o extraña.
Los síntomas que aparecen con más frecuencia son las obsesiones que se relacionan con el miedo contaminarse, suelen acompañarse de la compulsión de lavarse las manos y evitar los objetos contaminados, los contaminantes pueden o no ser específicos, también son frecuentes las preocupaciones acerca de la seguridad ya sea de los padres o de sí mismos.
En el caso de las compulsiones son frecuentes las de comprobación es decir el comprobar si una puerta está cerrada o si los miembros de la familia se encuentran seguros cepillarse los dientes, también el miedo haber herido a alguien a contar colocar o tocar de manera repetitiva algo en particular estas acciones las acostumbra repetir el niño hasta que siente que “ya está bien” hasta que siente que ha hecho lo necesario, ya sea subir o bajar escaleras abrir o cerrar puertas realizar cosas solamente con la mano izquierda o solamente con la derecha repetir una acción en particular un número de veces ya sea par o impar releer o reescribir en el caso de las tareas escolares, estas suelen disminuir el rendimiento académico.
Compulsiones más frecuentes
Lavarse las manos, bañarse en muchas ocasiones, cepillado de los dientes, acicalarse de manera excesiva, repeticiones constantes de una acción, dirigirse al centro, salir y entrar a través de la misma puerta, pararse y sentarse en la misma silla, comprobar que las puertas están cerradas, comprobar que se haya pagado la estufa, comprobar que las tareas escolares estén bien hechas, eliminar el contacto con contaminantes, tocar golpear de manera rítmica.
Obsesiones más frecuentes
Preocuparse por las cosas sucias, por los gérmenes, por las toxinas que se encuentra en el medio ambiente, preocupaciones porque algo malo ocurrira, como incendios, la muerte enfermedades, simetría en todo lo que hagan, orden, todo debe de tener la medida exacta, alguna obsesión del tipo religioso, números que dan o quitan la suerte y disgusto por los fluidos corporales, es el caso típico de los niños que no les gusta que los abracen o que los toquen, porque se sienten sucios.
Diagnóstico
Este se realiza de manera clínica y considerando lo que estipula el DSM IV o V cómo lo vemos a continuación.
Cabe aclarar que es necesario realizar un diagnóstico diferencial, ya que es de suma importancia, valorar si los síntomas que se presentan, van acorde con la edad del niño, para así poder descartar, esquizofrenia, depresión, ansiedad, o algún tipo de tic y en algunos casos incluso trastornos generalizados del desarrollo, así como anorexia, fobias, o que se deba a alguna enfermedad secundaria.
Tratamiento
El tratamiento incluye terapia cognitivo conductual, junto con medicamentos como lo pueden ser los inhibidores de la recaptura de serotonina, de la misma forma es importante la terapia psicológica también a los padres, para que estos puedan manejar de manera correcta al niño, siempre es importante, aclararles tanto a los padres como a los niños el diagnóstico, mencionarles qué es común, y que tiene buenas posibilidades de mejora, así como de remisión con un tratamiento adecuado, mencionar que deben evitarse los castigos por estas conductas, ya que se deben a una patología, de la misma forma evitar que los padres participen en los rituales.