Cuando hablamos de motricidad fina nos referimos a aquellas actividades realizadas por los niños que necesitan precisión y un elevado nivel de coordinación.
Este tipo de motricidad hace referencia a los diversos movimientos que se realizan con una o varias partes del cuerpo, es decir movimientos con una menor amplitud pero con mayor precisión.
Por lo general la psicomotricidad fina comienza a desarrollarse alrededor del año y medio de edad, esas habilidades van siendo aprendidas poco a poco ya que requieren un elevado nivel de maduración.
Dentro de las primeras actividades que realiza un niño para desarrollar sus habilidades motrices finas se encuentra el pintar, el mover objetos, la coordinación y precisión de las manos.
Para lograr un avance significativo en dichas habilidades es necesario que cada vez las actividades sean de mayor complejidad esto por supuesto de acuerdo a las capacidades del niño.
Una vez que el niño cumpla los 4 años de edad puede comenzar a realizar actividades como el moldear plastilina, recortar figuras con precisión, así como pintar.
La importancia de trabajar estas diferentes habilidades encuentra en que ayuda a evitar la disgrafía.
Algunas de las actividades más comunes para trabajar con las habilidades motrices finas son:
- Colocar pompones en un recipiente utilizando una pinza, con esto es posible desarrollar la coordinación ojo mano la cual es muy importante al momento de comer, dibujar o escribir.
- Colocar pequeñas ligas o bandas elásticas alrededor de conos de cartón, con ello se favorece que los niños utilicen los músculos de la mano al necesitar extender la liga para colocarla en el tubo de cartón.
- Pegar alrededor del contorno de un dibujo calcomanías, esta actividad es sumamente útil ya que primeramente los niños deberán de despegar la calcomanía y posteriormente trabajar en su coordinación ojo mano para poder pegar las alrededor del contorno del dibujo.