Hasta la fecha, algunas enfermedades neurológicas se han relacionado con el deterioro de las capacidades creativas, por ejemplo, pacientes con déficit o lesiones en el lóbulo frontal, área ligada a dichas capacidades. En esta línea de investigaciones, en pacientes con enfermedad de Parkinson con disfunción del lóbulo frontal derecho se observó presencia de un menor rendimiento en tareas de creatividad verbal al cotejar con sujetos sanos (Drago, Foster, Skidmore, & Heilman, 2009); y en casos de cuadros demenciales frontotemporales, se registró un descenso del rendimiento de tareas visuales y verbales de las pruebas de la batería de Torrance en comparación a personas con Parkinson o sin patología (Cruz de Souza et al., 2010).
En los últimos años, se ha indagado la relación existente entre las áreas neuronales relacionadas a la creatividad, como la corteza prefrontal (en adelante CPF) y el cuerpo estriado, y la participación del neurotransmisor dopamina como factor predictor de esta capacidad (Si-Si & Qi-Yu, 2018). Los genes transmisores de dopamina, específicamente el gen DRD2 fue asociado con altos niveles de rendimiento creativo en tareas figurativas y numéricas (Reuter, Roth, Holve, & Hennig, 2006) y de pensamiento divergente (Takeuchi et al., 2015).
Los resultados de estudios sobre diferencias sexuales como moduladoras de la creatividad presentan ciertas diferencias (Baer & Kaufman, 2008). Baer y Kaufman (2008) sugieren que las mujeres presentan niveles más altos de creatividad que los hombres en pruebas verbales; mientras otros investigadores no evidencian diferencias significativas según el sexo en diversas tareas creativas (Charyton & Snelbecker, 2007), como en actividades musicales de improvisación musical (Madura, 1996).
Por su parte, Abraham et al. (2013) exploraron las diferentes redes neuronales en función del sexo, a través del registro con resonancia magnética funcional durante tareas experimentales de pensamiento divergente. Catorce mujeres y catorce hombres realizaron una tarea de búsqueda de usos alternativos, sin evidenciar diferencias en su desempeño; sin embargo, establecieron divergencias en la actividad cerebral entre ambos grupos. A nivel general, tanto hombres como mujeres presentaron una mayor activación del hemisferio izquierdo, lo que concuerda con otros estudios sobre dominancia hemisférica asociada a la creatividad (Kowatari et al., 2009), e identificaron diferencias en el área cerebral que se activó durante la tarea: los hombres presentaron una fuerte actividad en el giro frontal inferior y en el córtex orbito-frontal y parietal inferior, mientras las mujeres exhibieron actividad del giro temporal anterior y posterior así como del parietal superior. Estos hallazgos sugieren que, si bien los hombres y las mujeres no se diferencian en términos del rendimiento creativo o divergente según las medidas conductuales, si presentan diferencias en las áreas cerebrales reclutadas, lo que indica que utilizan diferentes estrategias frente a situaciones que requieren respuestas creativas o generativas.
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http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2011-30802019000300035&lang=es
Fuente: Scielo
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2011-30802019000300035&lang=es