Una investigación reciente encuentra que los adultos jóvenes que son más extrovertidos llevan vidas más felices.
Ser más estable emocionalmente también predice la felicidad en la vida posterior, descubrieron los psicólogos.
El estudio analizó datos de 2,529 personas nacidas en 1946.
Primero respondieron una serie de preguntas sobre sus personalidades a los 16 y 26 años de edad.
Cuarenta años después, a principios de los sesenta, se les preguntó sobre su bienestar y satisfacción con la vida.
La Dra. Catharine Gale, primera autora del estudio, explicó los resultados:
“Descubrimos que la extroversión en la juventud tuvo efectos directos y positivos sobre el bienestar y la satisfacción con la vida en la vejez.
El neuroticismo, por el contrario, tuvo un impacto negativo, en gran parte porque tiende a hacer que las personas sean más susceptibles a los sentimientos de ansiedad y depresión y a problemas de salud física “.
La alta extroversión está vinculada a ser más sociable, tener más energía y preferir mantenerse activo.
El alto neuroticismo está relacionado con ser distraíble, de mal humor y tener baja estabilidad emocional.
El aumento de la extroversión estaba directamente relacionado con más felicidad.
Mientras tanto, un mayor neuroticismo estaba relacionado con una menor felicidad a través de una susceptibilidad a la angustia psicológica.
El Dr. Gale dijo:
“Comprender lo que determina cuán felices se sienten las personas en la vida posterior es de particular interés porque hay buena evidencia de que las personas más felices tienden a vivir más tiempo.
En este estudio, encontramos que los niveles de neuroticismo y extroversión medidos más de 40 años antes eran muy predictivos del bienestar y la satisfacción con la vida en hombres y mujeres mayores.
La personalidad en la juventud parece tener una influencia duradera en la felicidad décadas después “.