A menudo los conceptos de ansiedad y depresión se prestan a la confusión debido al uso que se hace de ellos para querer significar cosas diferentes. Al menos se pueden distinguir dos conceptualizaciones. La primera de ellas se refiere al hecho de que algunos autores cuando utilizan estos términos parecen estar refiriéndose a las emociones básicas que en realidad reciben el nombre de miedo y tristeza, respectivamente.
La segunda hace mención a estas nociones como manifestaciones clínicas, síntomas o como las diferentes formas clínicas que adoptan como trastornos psicológicos. Respecto a la primera acepción, en el terreno de las emociones, desde la perspectiva de la especificidad (si tomamos las 6 emociones básicas más aceptadas), las emociones constituyen patrones individuales de conducta expresiva cada uno asociado a un patrón
específico de activación fisiológica, existiendo por tanto emociones básicas distintas: miedo, ira, tristeza, alegría, sorpresa y asco.
Además, desde Darwin hasta algunos autores más contemporáneos, entre ellos Tomkins, Izard y Ekman, se ha resaltado la importancia de las emociones en cuanto a su función adaptativa para la supervivencia del individuo y de la especie. Todos estos autores asumen la extencia de emociones básicas que son producto de la evolución filogenética y ontogenética y que están relacionadas con estados biológicamente significativos como son la procreación, la cría y la amenaza a la integridad de los individuos y de la especie.
El supuesto de emociones básicas implica la existencia de un substrato neuroanatómico específico para cada emoción, patrones de activación fisiológica específicos, así como expresiones típicas, todo ello ligado a un sentimiento específico.
En relación con la segunda de las acepciones, tanto la ansiedad como la
depresión serían manifestaciones clínicas de estas emociones, donde el carácter adaptativo de las mismas se pierde y se convierte en un problema que interfiere y genera malestar clínicamente significativo.
Estas formas se corresponderían aproximadamente con algunos de los factores psicológicos propuestos por las más recientes ediciones DSM bajo la denominación de Factores psicológicos que afectan a la condición médica (APA, 2000) y con la categoría Factores psicológicos y del comportamiento en trastornos o enfermedades clasificadas en otro lugar en el CIE-10 (OMS, 1992).
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Piqueras Rodríguez, José Antonio y Martínez González, Agustín Ernesto y Ramos Linares, Victoriano y Rivero Burón, Raúl y García López, Luis Joaquín y Oblitas Guadalupe, Luis Armando (2008). ANSIEDAD, DEPRESIÓN Y SALUD. Suma Psicológica, 15 (1), 43-73. [Fecha de consulta 16 de abril de 2020]. ISSN: 0121-4381. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=1342/134212604002