Las personas con mayores niveles de optimismo tienen más probabilidades de vivir más en comparación con las personas pesimistas, llegando a los 85 años o más. Este hallazgo es el resultado de un estudio de 30 años publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ( PNAS ) .
Aunque la mayoría de las investigaciones sobre vidas excepcionalmente largas se han centrado en factores biológicos, este estudio y otros trabajos recientes sugieren que los factores no genéticos y los activos psicosociales, como el optimismo, también pueden contribuir a alcanzar la vejez.
El optimismo se refiere a una expectativa general de que sucederán cosas buenas, o creer que el futuro será favorable porque podemos controlar resultados importantes.
El estudio se basó en más de 70,000 participantes de la muestra de la agrupación NHS (Estudio de Salud de Enfermeras) y NAS (Estudio de Envejecimiento Normativo de Asuntos de Veteranos). En el transcurso de 10 y 30 años, las mujeres y los hombres respondieron preguntas sobre su salud general y sociodemografía, hábitos de estilo de vida como fumar, comer y beber, y finalmente, preguntas sobre una perspectiva optimista de la vida.
Después del análisis estadístico, los resultados mostraron que aquellos con el más alto nivel de optimismo tenían una mayor probabilidad de alcanzar una longevidad excepcional. Hombres más precisos y muy optimistas tenían un 70% y las mujeres muy optimistas un 50% más propensas a vivir más de 85 años.
Todavía no está claro el mecanismo detrás de esta relación, ya que hay muchos otros factores que contribuyen a la longevidad y deben tenerse en cuenta. Los investigadores ofrecen una posible respuesta, sugiriendo que lo que subyace es la capacidad de los optimistas para establecer y alcanzar objetivos que se traduzcan en un comportamiento responsable relacionado con la salud. Afirman que “las personas optimistas tienden a tener objetivos y la confianza para alcanzarlos; así, el optimismo puede fomentar hábitos de promoción de la salud y reforzar la resistencia a los impulsos poco saludables, una resolución de problemas más eficaz y el ajuste de objetivos cuando se vuelven inalcanzables ”.
Estos hallazgos son importantes ya que sugieren que el optimismo puede usarse como una herramienta psicológica para promover nuestra salud y longevidad, convirtiéndolo en un objetivo valioso para las intervenciones que tienen como objetivo avanzar la salud a través de los recursos psicológicos.
Existen algunas limitaciones para el estudio con respecto a los grupos de muestra que consistían en su mayoría de población blanca con un nivel socioeconómico más alto en comparación con el público en general. Para otras limitaciones, pero también hallazgos y metodología más detallados,