La Psicoterapia Cognitiva Comportamental es un paradigma que ofrece distintas modalidades terapéuticas para el tratamiento de la depresión: Se basa en el precepto de que tanto las conductas como los afectos están ampliamente determinados por el modo en que el sujeto construye el mundo (Beck, 1967, 1972, 1976) es decir, por la forma en que cada persona atribuye significados a los hechos o a las experiencias. Los orígenes filosóficos de la psicoterapia cognitiva se remontan a los filósofos estoicos: Epícteto, Séneca, Cicerón, Marco Aurelio.
Epícteto escribió 2.000 años atrás que “los hombres no se perturban por causa de las cosas)sino por la interpretación que hacen de ellas). Cuando se le pregunta al paciente deprimido qué motivos lo hacen sentirse triste y es invitado a expresar sus ideas, espontáneamente tiende a dar las siguientes respuestas: “Estoy triste porque me siento un don nadie»); «No tengo futuro»; «Perdí todo)) o «Soy un perdedor)~’ «No tengo a nadie con quien contar)~’ «La vida no tiene sentido))) etc. Es relativamente simple detectar el tema dominante en estas frases de pacientes con depresión moderada o severa. Se refieren a sí mismos como carentes de algún elemento o atributo que consideran esencial para sentirse felices o disfrutar de alguna forma de bienestar, como por ejemplo: Capacidad para lograr sus metas, ser atractivo, tener buenas relaciones familiares o amistosas, tener bienes materiales tangibles, buena salud o posición social. Dichas autoevaluaciones reflejan el modo en que el paciente deprimido percibe su vida.
De allí la importancia de comprender los procesos cognitivos que intervienen en el desencadenamiento y continuidad de los estados psicológicos disfuncionales.
Las cogniciones o formas de conocimiento constituidas por pensamientos, ideas, creencias, supuestos, imaginación, fantasías, etc., se presentan en forma de expresiones verbales o de imágenes y están basadas en actitudes o supuestos (esquemas subyacentes) desarrollados desde las experiencias tempranas. Tales cogniciones determinan en buena medida las experiencias emocionales del mundo que nos rodea y de nuestra identidad.
Una meta prioritaria es proveer al paciente un alivio sintomático. Beck
(Beck et al., 1979) propone como método generador del cambio, la focalización de la atención en los pensamientos y creencias de los pacientes, agudizando la auto-observación, a fin de ir descubriendo progresivamente los supuestos subyacentes, ya que los mismos están en la base del malestar. El terapeuta va guiando al paciente en el descubrimiento y reestructuración de dichas creencias o supuestos subyacentes. Se inclina hacia un diálogo activo con los pacientes más que a una escucha pasiva (Freeman, Simon, Beutler & Arkowitz, 1989). El paciente aprende a reconocer, controlar y registrar sus pensamientos negativos o distorsionados.
Las cogniciones y supuestos subyacentes se examinan y exploran desde otros puntos de vista, incrementando una actitud más positiva hacia los problemas, ya que los pacientes deprimidos no sólo tienden a pensar en forma negativa, sino a ignorar los aspectos positivos de sus vidas, o los logros obtenidos.
El modelo de la Psicoterapia Cognitiva reconoce que cognición, afecto y conducta están íntimamente relacionados, y que el ánimo influye sobre la cognición, así como la cognición influye sobre el ánimo. Asimismo, la cognición influye sobre el comportamiento, provocando en ocasiones situaciones de tensión, lo que a la vez activará nuevas cogniciones, a menudo distorsionadas, y mayor malestar. De igual forma, un cambio en las conductas y actitudes puede generar modificaciones en el área afectiva o en las cogniciones.
Para leer el artículo completo
Franchi, Silvia (2001). La depresion en el hombre. Interdisciplinaria, 18(2),135-154.[fecha de Consulta 30 de Marzo de 2020]. ISSN: 0325-820