Al leer el título rápidamente responderás con tu mente que “es una enfermedad que causa pérdida de memoria”, lo cual es un buen resumen de lo que es en sí el Alzheimer. Sin embargo, si profundizamos más, encontramos ciertos datos de suma importancia de este trastorno degenerativo.
Definición
El Alzheimer es una enfermedad conocida por ser la causa principal de la demencia, pérdida de recuerdos, y disminución de las capacidades motoras, sociales y de lenguaje en personas de la tercera edad. Esto es debido a que este trastorno resulta ser una enfermedad neurodegenerativa irreversible, la cual hace que las células del cerebro mueran o bien, se degeneren de manera acelerada.
La enfermedad en su mínima expresión ya empieza a causar fuertes cambios en la vida del paciente; la persona en cuestión empieza a olvidar eventos de su vida pasada, como aquellos que tiene planificados, así como también ciertos detalles de su vida privada. Al percibir esto, y ser únicamente pequeños signos, personas cercanas suelen interpretar la actitud de olvido del paciente como simple distracción o falta de atención en sus actividades diarias, y, cuando los rasgos se presentan en personas mayores, comúnmente se dicen frases insinuando que el olvido es natural y normal de acuerdo a la avanzada edad del afectado. Esto ocasiona que muchas personas jamás sean diagnosticadas con posible Alzheimer, y por tanto, nunca sean medicadas y tratadas de acuerdo a su condición, lo que merma considerablemente la calidad de vida del afectado.
Desafortunadamente aún no existe un tratamiento 100% efectivo contra el Alzheimer, por lo que para combatir la enfermedad a día de hoy se usan varios fármacos, así como una trabajada terapia psicológica. Asimismo, existen varias rutinas preventivas que vinculan el exceso de la vida sedentaria y la mala alimentación, al deterioro de las células.
Etapas del Alzheimer
El trastorno es divido por los estudiosos en 3 etapas:
Primera etapa: La primera fase abarca desde la presentación de la enfermedad en el afectado (la cual en adultos mayores suele ser a los 60 años) hasta aproximadamente los siguientes 3 años. El afectado olvida con frecuenta eventos o actividades recientes que está realizando o realizará en un futuro cercano; se han dado casos donde el paciente olvida eventos a los 20 – 30 minutos de haberlos realizado, o bien a los pocos días de haber ocurrido. La percepción del tiempo y de su medio igual se ve afectada, empezando así la común desorientación, pérdida de concentración y memoria que sufren las personas con esta enfermedad en las siguientes etapas. En este punto, aún se es posible mantener una conversación fluida con el afectado, aunque pudiera ser que presente conductas erráticas durante la misma, como cambios de humor, falta de interés (aunque el tema haya sido fascinante para el paciente toda su vida), y por supuesto, el olvido de lo hablado minutos antes.
Segunda etapa: En esta fase se puede notar un aumento de gravedad de todos los síntomas presentados en la primera etapa, y mayormente, en el apartado de la memoria se suelen presentar frecuentes fallas, con notable avance con el pasar de los días y años. Asimismo, y de manera desafortunada, empiezan a surgir problemas de lenguaje (afasia), de funciones básicas como vestirse, bañarse, cepillarse (apraxia) y de reconocimiento de personas o del medio (agnosia). A diferencia de la primera fase, en este punto ya no es posible tener una conversación fluida con el afectado, pues a este se le es complicado expresarse de forma correcta e incluso puede olvidar todo lo que sabe respecto a un tema concreto.
Apartados de vida necesarios como la higiene personal, la vida social, actividades de ocio e incluso la forma de comer son paulatinamente olvidados; las emociones son cambiantes y reemplazadas por rasgos psicóticos como pudieran ser el escuchar voces, ruidos o a personas que físicamente no se encuentran presentes en ese momento, o directamente pertenecen a otro tiempo distante (como ver a un familiar de la manera que se veía años atrás).
Por todos los motivos anteriores el afectado necesita con urgencia un cuidador.
Tercera etapa: La fase final del Alzheimer resulta ser la más devastadora para la persona afectada, y la más dolorosa para los familiares los cuales ven cómo su ser querido pierde rápidamente sus funciones básicas. En este punto, gran parte de los afectados ya no pueden caminar por su cuenta y dependen de una silla de ruedas para movilizarse.
Personas cercanas son completamente olvidadas por el afectado, y el reconocimiento de rostros (incluido el de él mismo) se hace imposible. De igual forma, problemas de incontinencia urinaria y fecal son presentados, y la alimentación debe estar a cargo de sus cuidadores. Para esta fase, la salud del paciente debería estar altamente mermada, propiciando la aparición de otras enfermedades como la neumonía (causantes de un 1/3 de los decesos de personas con alzhéimer), por lo que es de suma importancia cuidar a los afectados con extremada precaución.
Dicen que el tiempo no pasa, si nunca olvidas lo vivido. No obstante, el Alzheimer hace olvidar la vida misma. Por esto resulta ser una enfermedad tan devastadora.