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¿Es posible cambiar?

¿Como cambiar?

Una de las frases que más repetía el personaje Gregory House en la exitosa serie de drama médico House es “la gente no cambia”, y durante los capítulos, a través de todo su sarcasmo y las cosas que ocurrían en la historia, House probaba su teoría una y otra vez, prácticamente convenciendo a los fans del show de la veracidad de su hipótesis.

Sin embargo, la vida real no es un set de televisión hospitalario. Ella es como cada persona la pinte para sí misma, siendo consciente de este hecho o no. Según Gananci, somos capaces de forjar nuestro propio destino con los pensamientos que dejamos que se instalen en nuestra mente.

Así que si tu situación no es la más ideal en este momento y quieres cambiarla, lo más probable es que puedas hacerlo. Eso sí, no ocurrirá por arte de magia ni automáticamente. Se requiere que quieras hacerlo y además, tengas disposición de dar todos los pasos que se requieren.

Algo que también es un tema de conversación constante, son los cambios de otras personas. Es decir, no solo nos preocupamos por nosotros mismos, sino por la gente a nuestro alrededor, lo cual es completamente normal. Solo que puede convertirse en problema cuando creemos que las otras personas son las que tienen que cambiar para satisfacer nuestras propias necesidades y en caso de que no lo hagan, nos sentimos y somos profundamente afectados.

Derribemos ese mito de Dr. House, la gente sí cambia. De hecho, la gente cambia por diversas razones, muchas veces a propósito y en otras ocasiones, debido a las circunstancias que las que empujan a eso.

Es tanto así, que pudiste haber conocido a alguien hace 5 años, le dejaste de ver y al encontrarse otra vez, parecer ser alguien casi completamente nuevo. Claro que siempre es posible conservar características propias que no cambian del todo, porque forman parte de nuestra esencia. Lo que es importante resaltar es que en este punto no podemos hablar de blancos o negros, también hay tonos grises y afortunadamente, esos son los más comunes.

Como ya mencionamos, hay diversas razones por las que las personas pueden cambiar, entre ellas destacaremos 3 principales:

  1. Tiempo: el cual es un factor del cual no se escapa nadie. Al paso del tiempo es prácticamente imposible mantenerse intacto.
  2. Ambiente: las situaciones que experimentamos influyen de manera importante  en cómo percibimos el mundo y la conducta que tenemos ante lo que nos ocurre.
  3. Voluntad: es una mezcla de los dos factores anteriores y además, requiere una decisión por parte del interesado en realizar los cambios en su propia vida. Es decir, que si lo que tú estás buscando es que alguien más cambie y cómo convencerle, este artículo no es para ti.

Para que pueda haber un verdadero cambio se requiere que la persona comprenda la necesidad de dicho cambio y decida actuar en base a ello. Si tú por ejemplo quisieras que tu mamá cambiara y ella está dispuesta a hacerlo por ti, pero no está convencida de que ese cambio sea necesario o le vaya a favorecer a ella, lo más probable es que no ocurra.

Por eso es que es preferible enfocarnos en nuestros propios cambios antes de voltear a mirar a los demás para exigírselos.

Algo que no todo el mundo maneja y es saberlo es que siempre hay oportunidad de mejora, así que puedes darte cuenta de que esos refranes como “loro viejo no aprende a hablar” o “árbol que nace torcido nunca su rama endereza” forman parte de la cultura popular pero no tienen por qué hacerse realidad en tu vida.

Si quieres cambiar y las personas a tu alrededor te han dicho que es muy tarde, que es demasiado difícil que eso ocurra; si tu saboteador interno te recuerda que has intentado antes y no lo has podido lograr o te dice que llevas demasiado tiempo siendo de una forma específica y para qué cambiar ahora, no les prestes atención. Para cambiar necesitas lo siguiente:

  • Deseo férreo e inamovible de lograr el cambio: un requerimiento imprescindible para tomar la decisión que te hará dar un giro de 180º.
  • Cambio de pensamiento: ese es el primer paso para poder cambiar las acciones. Si no quieres cambiar tus resultados, pero mantienes los mismos pensamientos, terminarás frustrado y dando vueltas en círculos.
  • Enfoque: saber qué es lo que buscas será vital para que puedas mantenerte firme en tu decisión de cambiar. Al saber cuáles son tus objetivos podrás trazarte una estrategia que puedas seguir.
  • Motivación: la puedes encontrar dentro de ti imaginando cómo será tu vida al obtener esos resultados que deseas, pensando en los aspectos que mejorarán a partir de esos cambios, leyendo frases como estas de Gananci, escuchando testimonios de personas que lo han logrado, etc.
  • Disciplina: lo más probable es que no sea fácil, aquí es donde tienes que recurrir a la auto-disciplina para no perder el enfoque.
  • Ayuda externa: habrán casos donde se requiere ayuda de alguien más. No tengas miedo de acudir con un profesional de la psicología o hablar con alguien de confianza para que te apoyen durante este proceso
  • Paciencia: esta es una cualidad que necesita ser desarrollada y que te ayudará para que puedas esperar los cambios con serenidad mientras trabajas por ellos.