Por lo general suele haber confusión entre estos dos conceptos, el hecho de aprender a distinguir entre uno y otro es básico para una mejor comprensión, no solamente las situaciones cotidianas de la vida, sino también para un correcto análisis de los signos y síntomas que se presentan en los diferentes trastornos psicológicos.
La confusión principal la vemos reflejada cuando utilizamos estos dos conceptos como sinónimos uno del otro, cuando en realidad existen diferencias claras, a pesar de encontrarse relacionados entre sí.
Podríamos definir una emoción: como un estado temporal, que es producido por los diferentes neurotransmisores y hormonas como respuesta ante diferentes estímulos y situaciones. El ser humano no guarda únicamente recuerdos acerca de diversas vivencias y experiencias, sino que anclan estos recuerdos con estados emocionales, que son generados particularmente por nuestro sistema límbico gracias a la combinación de diferentes neurotransmisores, dentro de los más importantes encontramos a la serotonina, dopamina.
Las emociones tienen su función principal como parte de los mecanismos adaptativos del ser humano, pueden aparecer de forma inconsciente.
Las emociones son completamente básicas y aparecen en función de un estímulo, además de ser temporales, aunque de mayor intensidad que los sentimientos.
Cuando hablamos de sentimientos: de igual manera se encuentran relacionados con el funcionamiento del sistema límbico, pero particularmente hacemos referencia a una avaluación consciente acerca de una experiencia o estímulo, es decir que existe una valoración consciente de dicha emoción, este razonamiento sobre la emoción es la que provoca que los sentimientos sean relativamente permanentes a diferencia de una emoción.
Un sentimiento se podría considerar como un estado del tipo afectivo por lo general de una duración mucho mayor a una emoción.
Se consideran experiencias meramente subjetivas que surgen en un principio gracias a las emociones.