En Más Sobre Psicología hemos dedicado recientemente dos artículos a la música y el impacto positivo que tiene sobre nuestro estado ánimo. El día de hoy nos enfocaremos en una actividad bastante arraigada entre estudiantes de todo el mundo; Escuchar música, mientras se estudia.
¿Qué tan bueno resulta ser este hábito?
Si bien hemos señalado en ocasiones anteriores, los grandes beneficios que podría tener el escuchar música en momentos específicos (por ejemplo, mientras se hace ejercicio o se realiza un trabajo extenso y se necesita de motivación en el camino), en el caso de los estudios, entra el juego el papel de la memoria, que resulta ser uno de los esfuerzos mentales más demandantes, que necesita de concentración y esfuerzo para comprender aquello que se visualiza.
No obstante, a pesar de todos estos esfuerzos mentales automáticos, pero cansados y costosos en energía, este hábito tiene su razón de ser. Para algunos estudiantes es complicado concentrarse en lo que se está a punto de aprender, y escuchar una melodía agradable y armoniosa (ligera – instrumental), es una buena forma de mantener la atención en el estudio. Por consiguiente, se tiene como beneficio un aumento de productividad en las tareas pendientes, de ahí la popular frase entre estudiantes “Yo sólo puedo estudiar bien si tengo puesta mi música”.
Los estudios
A lo largo de la historia, se han realizado varios estudios referentes a la productividad de trabajadores. Especialmente, durante la época de las escuelas administrativas (diversas formas de llevar control en empresas), es decir, a mediados y principios del siglo XX se efectuaron los argumentos a favor de la música como un medio para aumentar la productividad. Se descubrió que, en tareas físicas y repetitivas (por ejemplo, en fábricas manufactureras, o talleres mecánicos), la música aumentaba la productividad de los trabajadores considerablemente y mejoraba el ambiente de trabajo, por lo que en las empresas de la época era frecuente escuchar por los altavoces música para motivar a los empleados. A día de hoy la música aún sigue aumentado los niveles de concentración, rendimiento y productividad en tareas físicas (por eso es tan útil a la hora de hacer ejercicio). No obstante ¿Y qué ocurre con tareas creativas donde el esfuerzo proviene de nuestra mente?
En este caso, ocurre algo distinto…
En este caso, ocurre algo distinto…
Más sonidos, peor aprendizaje
En una investigación de la revista “PubMed” se le pidió a un grupo de personas que cuenten hacia atrás sin trabarse. Luego, se realizó la misma prueba, pero con una melodía y se pudo notar la diferencia clara en fluidez al contar. Los resultados fueron concluyentes. Por lo general, aquellos que escuchen música mientras realizan un trabajo mentalmente demandante tendrán peores resultados que si se realizan sin melodía alguna. La productividad empeora aún más si se conoce o el oyente puede entender la letra de la canción, pues la comprensión del lenguaje es otro esfuerzo mental más.
Para cerrar: ¿Qué conclusiones podemos sacar?
Generalmente podrás obtener mejores resultados si escuchas música mientras realizas esfuerzos del tipo físico como ejercicio, correr, pasear en bicicleta, trabajos mecánicos, etcétera. No obstante, si hablamos en tareas mentales o creativas lo mejor es no escuchar música.
Generalmente podrás obtener mejores resultados si escuchas música mientras realizas esfuerzos del tipo físico como ejercicio, correr, pasear en bicicleta, trabajos mecánicos, etcétera. No obstante, si hablamos en tareas mentales o creativas lo mejor es no escuchar música.
¿Y si existe mucho ruido en mi entorno? O bien ¿De todas formas quiero escuchar música?
La música al final de cuenta son sonidos armoniosos que influyen en nuestro ánimo, pero su procesado implica una carga mental considerable. Los sonidos externos como voces, pasos, gritos, etc… requieren un esfuerzo mental aún mayor. Entonces ¿Qué puedo hacer? Lo mejor en estos casos es la música ligera o instrumental, la cual está especialmente encargada de ser armoniosa, pero simple, lo que nos podría transmitir una sensación de calma y una consiguiente productividad.
Cuéntanos ¿Tienes el hábito de escuchar música mientras estudias?