Aptitud escolar
En lo que respecta a este segundo punto, se trató de investigar si los efectos
de la ansiedad eran diferentes, dependiendo de la aptitud escolar que poseía el alumno.
En este aspecto, merece destacarse el trabajo realizado por Spielberger
(1966) quien consideró la aptitud escolar, en términos generales, como las condiciones o habilidades de aprendizaje que posee el alumno. Spielberger clasificó la variable en 3 niveles (escala ACE de aptitudes): aptitud escolar baja, mediana y alta, y obtuvo los siguientes resultados:
Si la aptitud escolar es baja, prácticamente no se observan diferencias de
rendimiento atribuibles a la variable ansiedad; en otras palabras, la baja aptitud escolar determina un rendimiento bajo, independientemente del grado de ansiedad que pueda tener el alumno.
Si la aptitud escolar es alta, se aprecia un mejor rendimiento en los alum-nos poco ansiosos, aunque esta diferencia no llega a ser significativa; es decir,
la diferencia en favor del grupo poco ansioso es leve. La explicación de ello la podemos encontrar en que el alumno ansioso, pero con alta aptitud escolar, alcanza habitualmente el éxito, lo que se traduce en un elemento reforzante de su conducta y le facilita el enfrentamiento de nuevas situaciones ansiógenas.
Si la aptitud escolar es mediana, las diferencias en favor del grupo poco
ansioso son significativas, bajando notoriamente el rendimiento de los alumnos ansiosos. Es en este nivel, entonces, donde se aprecia el mayor efecto negativo de la ansiedad, llegando Spielberger a señalar que: Se ha comprobado que los niveles altos de ansiedad producen un efecto negativo en las calificaciones de casi todos los estudiantes cuya aptitud escolar es regular.
Fuente
Bertoglia Richards, Luis (2005). LA ANSIEDAD Y SU RELACIÓN CON EL APRENDIZAJE. Psicoperspectivas, IV (1), 13-18. [Fecha de consulta 12 de mayo de 2020]. ISSN: 0717-7798. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=1710/171016577003