Este término proviene de la física y la arquitectura y hace referencia a la fuerza que se aplica a un objeto, capaz de deformarlo o romperlo.
En psicología, se refiere a las respuestas del organismo tanto biológicas como psicológicas ante las exigencias del medio ambiente para su adaptación.
El estrés comúnmente lo usamos para referirnos a los acontecimientos sumamente demandantes que pueden agotar sus recursos de afrontamiento.
El estrés es producido debido a un desequilibrio entre las demandas del ambiente también conocidas como estresores, los cuales pueden ser tanto internos comoexternos, y los recursos de afrontamiento disponibles del sujeto.
De ahí que existe un sin número de variables o situaciones que pueden provocarnos estrés, por ejemplo: el trabajo, la escuela, situaciones familiares y en las relaciones de pareja. Para cada persona los factores desencadenantes de estrés son diferentes, ya que depende en gran medida de un componente subjetivo importante.
El estrés inicia cuando el sujeto comienza a sufrir demandas ambientales a las cuales tiene que dar respuesta mediante sus mecanismos o recursos de afrontamiento, y estos se ven superados por la demanda, a lo cual el organismo tiende a reaccionar de forma negativa debido a la presión, con manifestaciones de enojo, frustración y en ocasiones depresión, por mencionar algunas.
Por sí mismo el estrés es un mecanismo adaptativo en situaciones vistas como amenazantes, por lo cual el organismo se pone en marcha para afrontar las situaciones, ya sea luchar o huir, el problema se encuentra, cuando se interpretan de forma errónea dichas situaciones, lo que provoca estrés en situaciones donde no es necesario, un buen ejemplo es comenzar a estresarse por el trabajo pendiente cuando en realidad dicho trabajo es relativamente sencillo de realizar.
Dentro de los cambios provocados fisiológicos presentados durante el estrés se encuentra un aumento en la respiración, del ritmo cardiaco, de la frecuencia de ondas cerebrales debido al estado de alerta.
Ahora bien dentro de los síntomas físicos presentados se encuentran los dolores musculares, falta de aire, sofoco, alteraciones cardiacas, problemas en la piel, soriasis, urticaria, problemas estomacales, disfunciones sexuales, tics, entre otros.
El encontrarse frecuentemente en situaciones estresantes a largo plazo es perjudicial para el organismo, provocando diferentes efectos negativos:
- Alteraciones en el sistema inmunitario, lo que nos hace propensos a un sinfín de enfermedades.
- Problemas cardiovasculares.
- Cefaleas.
- Envejecimiento prematuro.
- Trastornos de aprendizaje y memoria.
- Daños en el hipocampo.