Todos aquellos que han sentido la emoción de ira en todo su esplendor, concordarán, en lo fugaz, potente y altamente impulsiva que es aquel impulso de rabia
La ira sin duda es para muchos, la emoción más difícil de gestionar, por lo que se ha vuelto común la búsqueda de ayuda profesional para controlarla, pues, de tan grande que es el sentir, afecta la calidad de vida del sujeto que la expresa y de las personas de su alrededor.
APRENDE: ¿Qué es la personalidad?
¿Qué es la ira?
No podemos controlar una emoción, si para empezar no conocemos qué es en realidad ni sabemos su causa:
La ira, es la expresión desproporcionada de rabia, enojo o enfado que una persona sufre en un momento determinado a causa de la percepción de acciones u expresiones desagradables para la persona que expresa dicha emoción. Conocer las causas de la ira es vital para el control de esta; cuando el enojo se presenta frecuentemente, es cuando normalmente se habla de los famosos “problemas de ira”
Claramente esta emoción es básica en los seres humanos y forma parte de los múltiples mecanismos de supervivencia que ha ido desarrollando nuestra especie con el pasar de los siglos, por lo que, el enfoque de “eliminar” la rabia completamente es incorrecto; más bien la clave está en “Saber controlarla”
¿Cuáles son las causas y consecuencias de nuestra ira?
Esta pregunta varía de persona a persona y situación en situación, por lo que de manera general te presentamos las causas y consecuencias más comunes que se experimenta cuando la ira gobierna en nosotros:<
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Causas
Situaciones frustrantes o estresantes como las siguientes:
Obstrucción del desarrollo personal: Tal vez el proyecto por el que tanto has luchado no se ha podido completar de la mejor forma, por diversos factores. A final de cuentas, la ira sólo es el desahogo de frustraciones.
Impotencia: Quizás estés en un momento de tu vida donde observes ciertas injusticias o acciones que no deberían ocurrir en una sociedad como la nuestra, sin embargo, el no poder hacer nada es la sensación más abrumadora en estos casos.
La aversión: Pudiera ser que por cuestiones laborales o escolares tengas que trabajar con aquella persona que tan molesta es para ti. Tu desagrado se hace notar con tu evidente enojo.
Consecuencias
Deterioro de las relaciones personales: El estar en un estado visceral a toda hora y en todo momento aleja a las personas de nuestro entorno (familia, amigos, compañeros de trabajo, pareja, etc.…)
Pérdida de oportunidades: Tal vez estés a punto de conseguir ese ascenso tan codiciado por todos los trabajadores de tu empresa, pero tu actitud altamente impulsiva y agresiva, hace que el gerente busque a otro posible prospecto más estable
Pérdida de proyectos y de relaciones personales: Una cosa es agravar conflictos a causa de la ira, y otra es perder completamente algo, y no poder volver atrás. Este punto es la consecuencia directa de las consecuencias de la ira. Para muchos, este es el desenlace más trágico y triste que alguien pudiera conseguir.
Debilitamiento del sistema inmunológico o agravamiento de enfermedades: Se ha demostrado en multitud de estudios que gracias al estrés y a las variadas sustancias que suelta nuestro cerebro al estar en un momento de ira, debilita a las personas, lo que hace que sus cuerpos no estén lo suficientemente fuertes como para resistir el ataque de una bacteria.
Inestabilidad emocional y aumento de agresividad: La ira es una emoción básica creada especialmente para mantenernos con vida en terreno hostil, por lo que la respuesta primitiva a esta emoción son los gritos, golpes, amenazas y un desenfreno de furia que saca al sujeto de “sí mismo”
En los siguientes días te hablaremos más sobre esta emoción tan característica de todos nosotros. Mientras tanto, cuéntanos: ¿Qué experiencias haz tenido con la ira?